No había ómnibus hasta el día siguiente.
- Busca un amigo que nos lleve— dijo mi hija.
Todos tuvieron un pretexto: Si no fuera por eso yo te llevaba, sé por lo que estás pasando.
Estaba cayendo la tarde, no quedaba más remedio que hacer botella. Muchos otros, a la orilla de la carretera, corrían tras los autos, como una jauría tras un pedazo de carne.
Ni uno solo de los pocos que pasaban por aquella ciudad muerta, se detenía. Cerca de allí, en el merendero, dos rastreros de mala facha, se tragaban un pan con pepino como comida.
- Papá, habla con ellos, que puede ser que no sea—dijo mi hija desesperada.
- ¡¿Pero socio, tú no ves cómo viene esa rastra?!—contestó uno mientras las semillas quedaban en su barba.
- Montamos encima de las cabillas, lo de nosotros es llegar pronto—le conté el problema.
El que permanecía en silencio sin dejar de comer, miró a la joven y expresó:
- ¡Bien!, suéltanos algo pal desayuno y encarámate, pero rápido, que si esa gente te ve, se me pone la cosa mala.
Así comenzó aquel viaje que pronto se interrumpió. Se bajaron en plena carretera, linterna en mano, dieron una vuelta al equipo, revisaron las gomas y dieron la noticia:
- ¡Ponchao!, vamos a parquearnos en la loma del Solitario.
Me preparé para lo peor.
- ¿Papá, será una trampa, nos Irán a hacer algo?—me dijo en un susurro.
- ¡No te preocupes, traigo un cuchillo!—le mentí, mientras la abrazaba con mis manos temblorosas.
- ¡Puro, nos hace falta un dinerito pa´podel cogel el ponche!—dijo mientras clavaba sus ojos en la faldita corta.
Lo complací sin demora, vi desde arriba, sus maniobras. La noche se había puesto fría, con el apuro, ni abrigo trajimos. Nos quedamos quietos y acurrucados. Entonces empezó la discusión, no entendimos, estaban muy distantes, vimos la bronca por parte, la hierba estaba muy alta, hasta que uno de los dos subió la loma y nos mandó a bajar.
- Siéntense en la cabina—dijo mientras se limpiaba la sangre—este cabrón no va a joder a nadie más.
Al lado del timón, colgando del espejo había una foto de una quinceañera, muy parecida al chofer.
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