Abre la boca de costado y una mueca fantasmagórica se dibuja, mientras exhala lentamente, el humo del cigarrillo armado. Inundada por esa neblina de pensamientos y elucubraciones que naufragan y mueren como olas estrelladas en las rocas.Así, sin más, infinitamente se consume y se esfuma en esa irrealidad y se reproduce el vacío a cada instante.
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