Historias «inútiles»

Historias inútiles: relato infraordinario

La convivencia con lo “inútil” no llama la atención, existe en un recipiente dentro de la casa, en la vereda, en la calle, en una plaza, o en cualquier espacio. Me refiero a la basura. Nadie dice ¡esa basura es mía! ¿Será porque es difícil admitir que producimos cosas inútiles? Todos somos creadores de ella, aunque finjamos que no nos pertenece. ¿Se podrá en algún momento dejar de producirla? ¿Será posible que tanta basura deje de ser inútil?

La huella de nuestra existencia como seres humanos creadores de basura queda en todas partes: en el espacio, en el aire, en el agua además de la tierra. Ella vaga libre en el gran recipiente planetario amparada por intereses. ¿Los medios de difusión lanzarán un alerta de muerte por avalancha de basura?

Es aceptado universalmente ocultar la basura en bolsas plásticas; o abandonarla para que alguien más se haga cargo. Cada uno tiene su método para eliminarla o creer que lo hace. En elevadas montañas construidas de historias sin ser contadas, se acumulan: identidades, intereses, lo que hace tiene y aleja cada persona de su vida según las épocas. Los sentimientos y emociones olvidadas que permanecen a pesar de ser negadas. El círculo parece no tener fin. Con el mensaje de progreso cada día se nos presentan tecnologías y objetos para vivir mejor y pasarla bien que obtenemos y conservamos por poco tiempo. ¿Es verdad que todo lo nuevo es mejor? Respondemos a la propaganda de generar basura en un planeta que no necesita más basura. En el vivir agitado buscamos vivir otra historia, vamos a lo fabricado y procesado ordenado en inofensivos paquetes de mil formas y materiales con la esperanza de tener “lo mejor”. Seducidos por lo último y lo nuevo, quiero, compro y lo transformo en inútil antes de terminar de conocer para que me servía. Dejamos historias en la memoria olvidada de lo “inútil” ¿es necesario?