Me encontraba en medio de mi habitación leyendo esa carta tan preciada que un día me diste.
Tantos sentimientos encontrados después de tanto tiempo.
Dulces palabras, dulces frases, dulces mentitas eran las que se encontraban en ese pedazo de papel tan preciado.
Recuerdos hermosos, lugares distintos palabras distintas, era lo que mi cerebro interpretaba.
Mis ojos se cristalizaron y las horas pasaron.
Mi cama, una cueva.
Mi almohada, una laguna.
Mis ojos cataratas.
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