Naturaleza muerta

Se amontonaban las hebras de tabaco sobre la mesa, así yacían, muertas. Oh, tragedia cotidiana. ¿Por qué tanto sacrificio, solo para que yo y mas gente como yo absorba su alma, su esencia y devolverlas al mundo en forma de humo.

El tíquet de la farmacia ahí, quieto, lo que antaño fuera parte de un ser vivo como lo es un árbol era ahora un papel, mancillado con tinta y condenado a ser en poco tiempo, simple basura.

Éste, mi campo de batalla, naturaleza muerta. La mesa en la que todo yace ahora, o debería decir el cadáver de lo que fue un día un espléndido árbol, un ser vivo que respira. Respira, respira Tony, rodeado de muerte te hallas pero has de ser fuerte y resistir.

El móvil reposa en la mesa. Inmóvil si no fuera por que soy yo el que lo lleva de aquí para allá. Un trozo muerto, y casi puedo oler el cadáver, nauseabundo, putrefacto, de su código binario. Huele a pulcritud y eficiencia pero esconde un horrible atentado contra mi intimidad, imaginaros, mi jefe podría contactar conmigo hoy, un domingo. ¡Estamos rodeados! ¡rodeados!

Solo hay muerte, muerte, disección. Ah! Los libros de la estantería, no es una estantería es un cementerio de árboles.

Naturaleza muerta, si. Luego dirán que soy yo el loco. 

Solo hay objetos, cosas, yo mismo soy una cosa, naturaleza muerta, la educación y la cultura la ha matado… mi naturaleza.

Ahora soy artificial, un artefacto. 

¡Ah! ¿Qué es eso? un ruido monstruoso, lo cojo, es el móvil. No era nadie.

Por donde iba… ah si, las hebras de tabaco sobre la mesa, es como la antesala de la muerte, ¿qué es la vida, qué es la muerte?

-Hijo, ya está la comida, hay pollo asado, date prisa que se enfría.- Dijo mi madre.

Oh, como no, mas muerte, pobre ave, pero que rica está con patatitas. Me dije a mi mismo.

-Han llamado del centro de salud, te han cambiado la cita con el psiquiatra.- Gritó madre.

No, si al final voy a ser yo el loco, no te jode.