Siento una flor en el pecho, mi frente se llena de luz, mis mejillas son pétalos, una mariposa se ha posado en mi ventana, ¿la he llamado yo o la has enviado tú, a quien no pongo nombre, ni pongo cara? Así regrese, guardiana mensajera y calma, y deje caricias en tu rostro el polvo de sus alas.
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