Ese barniz que reluce en tu frente brilla igual que la copa que ganamos el 18 de noviembre, pero, todos los diamantes del mundo lucen opacos sobre tu corazón argentino.
Ese barniz que reluce en tu frente brilla igual que la copa que ganamos el 18 de noviembre, pero, todos los diamantes del mundo lucen opacos sobre tu corazón argentino.
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