La ropa y el extraño

La ropa y el extraño

Elisa tendía su ropa en el tendedero, lo hacía cada vez que empezaba a salir el sol, para aprovechar los primeros rayos del astro rey; ese ritual era de casi todos los lunes o los domingos, no había nada de raro el hacerlo, pues todo el mundo tiende su ropa después de lavarla.

Pero ese ritual tomo un giro inesperado desde que un extraño apareció en el edificio de en frente, ella lo vio desde que asomo su cabeza por la ventana, desde ese instante sintió una sudoración y un escalofrió intenso y raro.

El extraño no la veía, ni se enteraba que ella existía, ante eso ella empezó a querer llamar su atención, tendía la ropa casi todos los días y lo hacía de una forma muy singular, con falditas cortas, también colocaba sus pantaletas de tal forma que quedaran alineadas en frente de la ventana del extraño, seguramente para que este las viera.

Mas eso no sucedía, pues el extraño asomaba la cabeza y no le daba importancia, este escenario prosiguió por mucho tiempo, ella ya se encontraba impaciente porque el extraño no le daba bola, hasta tuvo la osadía de una ocasión salir en babydoll a tender la ropa, pero nada de nada.

Y así transcurrían los días, semanas y meses y ella intentando de todo para llamar su atención, varias veces se preguntaba ¿Sera que es ciego, o es gay? Pero esas interrogantes caían en un saco roto.

Cierto día Elisa recibió una noticia muy desagradable, su padre estaba muy grave en una localidad bastante distante de donde residía y tuvo que irse.

El extraño se percató de su ausencia de muchos días hasta que una ocasión llamo a su puerta, pero nadie respondió, una vecina que se había dado cuenta de todo le preguntó que a quién buscaba y él le respondió que buscaba a la chica que lavaba la ropa, la vecina respondió que todas lavaban su ropa, más él le dijo que había una chica que lavaba ropa todos los días y que ya hacia un buen tiempo que no la veía.

La vecina esbozo una sonrisa irónica y manifestó al extraño: “Ella no es lavandera, ella lo que estaba era tratando de llamar su atención, pero al parecer Ud. ni se daba por enterado”.

El extraño se quedó perplejo y no atino a saber que responder, salió muy de prisa del lugar y desapareció para siempre.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS