Se puede romper el último eslabón que sostenía la armonía en nuestro corazones, las preocupaciones hacen presión a nuestras almas, nos arroja a un vacío tras los confines de la Andrómeda, dejándonos desprotegidos, solos, congelandonos lentamente desde la raíz cerebral, matando los recuerdos, inconciente sepultando personas que en los mejores momentos participaron en el traspaso de nuestras vidas hasta la difícil adultez que cuesta aceptar con gran madurez.

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