¿QUÉ QUIERES? – relato infraordinario

Un gorrión picando la uva aún verde de la parra y su polluelo lo llama, una lagartija que trepa por el muro y se cuela por una grieta minúscula, hormigas van en procesión a un chusco de pan seco y vuelven saludándose con las antenas a las que emergen del hormiguero, una hoja temblorosa de roble se mueve al compás de la brisa y cae balanceándose contra el suelo produciendo un leve sonido, un charco bulle por las gotas que se tiran en plancha dibujando círculos concéntricos hasta desparecer, un hilo de agua arrastra pendiente abajo una rama seca y cómo deslumbra intermitentemente cuando el sol refleja, una piedrecita roma se desliza por la loma rodando y pega saltos.

El cigarrillo forma nieblas finas, el chasquido de las brasas hipnotizan, la hoguera se mueve con brazos ardientes que dibujan sombras chinas humeantes a contraluz, el silbo del aire subiendo la chimenea, el vaho en la cocina se escurre por las baldosas, la cascada en tu ducha y el remolino en el sumidero, el aleteo de un libro al pasar las páginas, escurridizas serpientes cuando te atas las botas, el gimoteo de tus zapatos viejos, tu cremallera se vuelve magia cuando te la desabrochas, el rasgueo de los vaqueros de la tía Fina cuando roza los muslos al caminar.

El click de la lata de cerveza cuando se abre, el gas escapándose al desenroscar la cola de dos litros, el crujir de la primera calada del puro, el crepitar de la carne en la plancha, la explosión de la clara de huevo al freírla a fuego alto, el rasgueo de las uñas en una alfombra de pelo corto, el crepitar al arrancar un trozo de la  barra de pan recién horneada y su sabor a infancia, el serrín deslizándose entre mis dedos y la nieve fundiéndose en mi lengua como un helado improvisado, el darme cuenta que estás vivo cuando duermes acompasando tu pecho con tu suave respirar y me asustas con un fuerte ronquido o te quedas suspenso en la incógnita de la apnea pero vuelves al tranquilizador son.

Que me llames con esa voz que tanto espero.

Pspspsps… comida.

Me lo dijo mi gato cuando le pregunté “¿qué quieres?”.