Recorrer cualquier camino, llegar siempre al estar.

Levantarnos por las mañanas, disfrutando del olor a verano. Y mientras tu sacas a los perros, empezar a preparar la ensaladilla, o cualquier otra comida fría propia de un día de verano, y después de darnos un chapuzon, nuestros cuerpos casi pegados, se secarian al sol, volveríamos a la autocaravana a comer con los peques.

Cubriéndonos de emociones en cualquier lugar, donde pudiéramos parar.

Quizás mi destino no eras tú.

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