Con las maletas en la mano, observo cómo guardas las tuyas, después me miras y sonríes.
Fantaseo viéndome a mí misma dentro del coche, con la cabeza ladeada hacia la ventanilla, sintiendo el tibio y placentero roce del aire sobre mi rostro, asombrándome, a través de mis grandes y oscuras gafas, de aquellos hermosos paisajes
-Este viaje no lo voy a hacer contigo.
Y giro sobre mis pasos, sabiendo que llevo en mi vientre una alegría más grande que la pena que dejo atrás.
OPINIONES Y COMENTARIOS