Mis pies no físicos. Hablo de aquellos que han recorrido millas inimaginables, mientras me siento en mi escritorio.

Esos que ya han visitado los alegres campos verdes.

Esos que han sentido el pellizco de un molusco en la arena playera.

Esos que se lastimaron por caminar en la nieve de la montaña.

Esos que tocaron el asfalto de los museos históricos.

Esos que saltaron al agua de los ríos escondidos.

Esos que danzaron en la lluvia de la selva.

Y esos que decidieron casarse con hojas del bosque.

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