Madrid, mi extraviado destino.

Hace cinco años, partió en busca de sus sueños, dejando trunca mi confesión.

Tormento.

Los momentos que nunca fueron, sin ser, pesan. ¿Qué hubiera sido si…? ¡Funesta e inútil pregunta!

Si Everett tenía razón, existe un mundo en el que fui valiente. ¡Vaya consuelo!

Miro el pasaje. Su sentencia: ha de ser hoy.

Subiré. No, no puedo. Debo, o me odiaré por siempre.

Kaizen; un desierto se recorre empezando por el primer paso…

Viajo, a buscarla. Viajo, a buscarme.

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