Siempre estoy buscando un nuevo destino. Una aventura sin comienzo y sin fin. En este mundo de cemento, te atrapas y te ahogas. Las responsabilidades te dejan con las manos vacías. El precio de vivir te obliga a hipotecar tu tiempo. Me voy a mi rincón predilecto, rodeada de una escasa vegetación, un poco de soledad me hace bien. Ya es de noche, ideal para darle libertad a la imaginación.

Enciendo un cigarrillo, me acomodo en el sillón y comienza mi viaje, a ese lugar que nunca he ido.


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