No temeré

me lo digo esta mañana

y no me lo volveré

a decir.

Soy una gaviota

en vuelo

en picado rozo el agua

incluso me hundo

quizás la presa huya

pero me elevaré

de nuevo

más sabio y fuerte.

El corazón humano

es una tormenta

baja hecha luz

a las manos del artista

baja hecha temblor

a las caderas excitadas.

No temeré

debería ser

si no el primero

unos de los primeros

mandamientos

un homenaje al Creador

un compromiso

con su causa

una vida llena de aire

los pulmones amplios

los brazos abiertos

un viento arreando

las nubes de la mente.

No temeré

soy un bebé

abriendo los ojos

por primera vez

me sorprende

la maleabilidad

del mundo.

Veo la primavera

en el renuevo

asomado diminuto

en medio de la escarcha,

en la tarde lluviosa

ganándole un segundo

a la noche,

en la montaña

nevada hasta las faldas

antes de llegar al río.

Pero también

hay una oscura calle

sin salida

una baldosa suelta

donde perder

el equilibrio

una palabra mal leída.

No se distinguen

los colores sin contraste

ni se aprecian matices

en el cielo amanecido.

No temeré

me lo digo esta mañana

no me lo volveré a decir

ya no tengo tiempo

de retroceder

ni de corregir

llegó el día

para continuar y vivir.

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