ti se escribe sin tilde
en contra de lo que dictan las normas
mi intuición me pide acentuarte
siento una necesidad imperiosa e irracional
de ponerte énfasis, de subrayarte, de realzarte
de dar cuerpo a tu presencia
a pesar de tu ausencia
porque todos mis poemas hablan de ti
porque mis noches de insomnio te reclaman
porque mis noches de insomnio te reclaman
a ti y no a otro
pero sé muy bien que a ti no te convence mi avistamiento
de conjunciones continuativas entre tú y yo
que no te conmueve mi deseo ardiente de acentuarte
mi deseo ardiente de acentuarte
a ti y no a otro
tú te aferras a tu condición de monosílaba común
reivindicando tu identidad de adjetivo posesivo
de adjetivo posesivo que no desea poseerme
que no desea poseerme a mí
aunque quizás a otra sí
por eso jamás te dejarías confundir
con una conjunción condicional
ni mucho menos con una compuesta
por no hablar de una compuesta por tú y yo
o condicionada por mí
si oso proponerte una dicción ampliativa
te obcecas en rezar oraciones adversativas
oraciones que no me permiten ofrecer una alternativa
pues tu te niegas a dejarte tildar
es decir
te niegas a dejarte tildar de otra cosa
que no sea una conjunción copulativa temporal
viajestancia (homenaje a Eduardo Scala y sus solunas)
quise emprender un viajestancia
a tu corazón maltrecho
por los estragos de la guerramor
pero con el tiempo
comprendí que en ese desiertoasis
que es la vida en solitario
no podía salvar tu materialma
sin arriesgar la mía
qué importa tú y yo morir juntos
uno
morir juntos
juntos tú y yo
tú yo qué importa
yo morir
tú morir
importa morir
y morir qué
juntos
importa juntos
juntos importa
tú importa
yo importa
y qué importa
morir importa
importa morir
tú yo
y juntos
otro
qué juntos
tú y yo qué
y morir qué
tú morir
yo qué
yo importo
juntos tú yo
y qué
olvidar todo
borrar la memoria
como si todo fuera RAM
vaciar la papelera
de la historia del mundo
de nuestra historia
reformatear el mundo
reformatearnos
no olvidar nada
guardar en la nube
todo lo que vivimos
pagar religiosamente
la cuota de almacenamiento
cruzar los dedos
para que no le sobrevenga
un cataclismo
río
cruzando el río me detengo
a contemplar la cascada
la corriente me arrastra
antes de lo esperado
habré llegado a la otra orilla
el pájaro y el viento
el pájaro se ha fundido con el viento
alado uno
helado el otro
en titiritante anhelo
sobrevuelan mares y charcas
desplumando margaritas
soñando brisas
soy una muerta ejemplar
muero sin más
sin dejar rastro ni huella
ni dirección de reenvío
muero sin rechistar
sin ofrecer resistencia
sin alimentar la falsa esperanza
de una eventual resurrección
muero
y con esa muerte
reivindico mi existencia
muero
y con mi muerte
doy vida a tu presencia
muero y te compadezco
muero para enseñarte a morir
muero para que me permitas
seguir viviendo
muero y escucho tu lamento
escucho el redoblar de las campanas
y sé perfectamente por quién suenan
muero
y acudo como una doliente más
a mi propio funeral
me acompaño a mí misma
en el sentimiento
me doy el pésame
me visto de luto
cubro todos los espejos
y me dedico una novena
muero
siendo yo
mi única heredera
y mi único legado
muero como si nada
como si todo
como si tal cosa
muero
sin más
miedos infantiles
la oscuridad
los pájaros
las abejas
las hormigas
la voz grave de tu tío Gustavo
nadar sin aletas
perderte en la multitud
el hombre del saco
los perros
los desconocidos
y lo desconocido
el vacío
la intimidad
la soledad
la violencia
la indigencia
la enfermedad
la vejez
la muerte
el brazo largo
la ley es un oso perezoso de brazos dispares
el largo alcanza a cualquier mindundi
lo atrapa entre sus dedos
y lo deja colgado en cualquier sitio
como hacía King Kong con la rubia aquella
subiéndola inútilmente a la torre del Empire State
sin su consentimiento y sin mucho sentido
el otro brazo
–el corto–
lo reserva para perseguir a estafadores y corruptos mayores
haciendo amago de intentar alcanzarlos
aunque todos sabemos que quedarán para siempre fuera de su alcance
la ley es un oso perezoso
que se mueve a paso aletargado y solemne
y sin embargo nos hace reír
a algunos incluso a carcajadas
René se quitó el bombín (a René Magritte)
René se quitó el bombín
y se sumergió en una nube
un cúmulo azaroso
creado por el humo
de una pipa que no lo era,
es decir, que no era pipa
sino la imagen de una pipa
la imagen y semejanza
–como quien dice–
pero no la pipa en sí
en sí una pipa no es nada
una pipa no es nada
si no se usa para fumar
o como pisapapeles
por poner un ejemplo
o al menos para modelar
la imagen de otra pipa
la imagen de otra pipa
en un cuadro de otro creador
de otro
no del Creador por antonomasia
un cuadro, por ejemplo, de René
en el que aparecería esa otra pipa
–la que no lo es–
inmersa en un cúmulo de humo
denso y tenebroso
espeso y ominoso
una nube fantasiosa
capaz de engullir al creador
a la pipa que no lo es
y al bombín
si este existiese
regalo
mi abuela que a base de arrancarme mechones con el escarmenador me enseñó el valor de un buen peine de púas anchas
mi abuela que siempre me animó a hacerme un corte “a lo garçon” pero el verano que me rapé al cero me preguntó preocupada si me gustaban los chicos
la cara de alivio de mi abuela al contestarle que dependía del chico
la cara de mi abuela iluminada al ponerse las gafas para enhebrar una aguja
mi abuela animada recitando la retahíla de su extenso repertorio de cocinas
mi abuela sentada al sol con unas pinzas y un espejo para quitarse los cuatro pelos de barba
los morros que puso mi abuela el día que nos aseguró a mis hermanas y a mí que ella nunca había besado a nadie
mi abuela regañándonos por salir de casa sin peinarnos, por comer jamón sin pan, por cantar hasta pasada la media noche
mi abuela llamando “imbécil de hombre” o “desustanciado” al que años más tarde lloraría como su brazico derecho
mi abuela llorando a moco tendido viendo un reportaje cualquiera sobre las misiones
la mano de mi abuela acariciando el colgante con la foto de Arturín, muerto a los dos años, dos meses antes de nacer mi madre
mi abuela pasando y repasando la misma bayeta mugrienta por el mismo tramo de encimera
mi abuela y su dejadez
mi abuela y su mala leche
mi abuela y su duelo eterno
mi abuela y su depresión
mi abuela que en otros momentos se meaba literalmente de la risa
mi abuela que — por no gastar– llevó la misma faja más de diez años pero acabó firmando un préstamo de 3.000€ para comprar un aspirador que no funcionaba
los pies deformes y reumáticos de mi abuela arrastrando las pantuflas de mi abuela, con mi abuela dentro, de un lado al otro de la casa
la espalda desnuda de mi abuela con la piel colgando como de un perchero y un parche de morfina decorando el omóplato izquierdo
los ojos de mi abuela cuando Asun ya no pudo más y tuvo que explicarle que no intentábamos matarle que simplemente se estaba muriendo
mi abuela que sólo pudo ser lo que fue
pie de foto: mi abuela envuelta en papel de regalo con un enorme lazo rojo de tocado posando delante del árbol de navidad
tengo swing
no soy esa linda chica de Ipanema
eternamente andarina
ni mucho menos esa woman del Callao
con su mucho hot y su mucho down
cualquiera diría que llevo años
en busca del tempo perdido
tengo el tumbao atravesado
el caminar ladeado
la gracia y el salero joteros disecados
y hasta el duende
–si algún día lo tuve–
se me fue con su arte a otra parte
y sin embargo
swing no me falta, nene
tengo swing para dar y prestar
destilo swing de cada célula de mi cuerpo serrano
rezumo swing con cada movimiento que hago
tengo swing hasta en el pensamiento
swing de palabra, obra y omisión
swing capital y swing venial
tengo justo ese swing que a ti te falta
tengo ese swing que buscabas
tengo ese swing que añorabas
tengo ese swing que te hará volar
tengo swing para amarte, muñeco
tengo swing para gozarte
pero, si te columpias,
tengo swing para olvidarte
poema galopante
mi poema galopa libre y veloz
hoy no tengo ganas de ser ocurrente
hoy no
no tengo ganas
no quiero
me niego
¿por qué?
¿por qué esa obligación de sorprender y deleitar?
¿por qué no escribir los versos más banales del mundo?
es más
te los voy a dedicar
te dedico estos delicados versos sin sentido
delicada dedicatoria
si lo piensas
es lo más lógico del mundo que te dedique este poema y no otro
un poema banal
el poema más banal jamás escrito o compuesto
ni siquiera rima
no tiene ni rima ni sentido
es un poema insustancial
este poema galopante
es un poema insípido
un poema de todo menos feroz
es un poema inútil
pero es un poema
“la extensa llanura no perdona”(de un verso de Miguel Galanes)
La hoja en blanco se extiende ante la poetisa como una vasta llanura del viejo oeste en pleno mes de agosto. A lomos de su inseparable boli Pilot G-7, la trovadora escudriña el horizonte sediento y solitario. Si agudiza el oído, le parece escuchar un silbido ominoso desde algún valle lejano. En vano se plantea la posibilidad de dar un rodeo para evitar la estepa desértica, pero sabe por experiencia que su perímetro es poco menos que inabarcable. En un momento de desesperación, vacila entre seguir adelante o emprender la retirada, sin embargo, es muy consciente de que replegarse ahora podría suponer una muerte segura a manos de la prosa salvaje, banal y despiadada que le acecha desde que se embarcó en esta nueva aventura. La poeta sabe perfectamente que su única opción es seguir cabalgando bajo el sol justiciero de la autocensura, tragar el polvo irrespirable de la falta de inspiración, atravesar esta tierra baldía carente de toda métrica y desprovista de cualquier rima, zambullirse de pleno en el truculento altiplano de la creación y entregarse con total abandono a este misterio irresoluble que no es ni más ni menos que un simple poema.
poesía pura
palabra muda
oído sordo
idea clara y profunda
sonoro silencio
vacuidad plena
éxtasis apático
muerte vital
cierto tono gris
cremallera
pura, pura poesía
la palabra dormida
“La palabra que dormía mientras la escuchamos”
(de un verso de Paul Celan)
mientras la escuchábamos
la palabra dormida
musitó su nombre
como si soñara
ser pronunciada
soltó un suspiro
lánguido y quejumbroso
que parecía expresar
un anhelo profundo y frustrado
de convertirse en oración
de pronto bostezó
poseída sin lugar a dudas
por el deseo ardiente
de escuchar su voz
cuando poco a poco
empezó a desperezarse
todos entendimos
que le costaba cierto esfuerzo
definirse
pero al despertar
la palabra
–que ya no dormía–
se pronunció
se articuló
se declaró
e insistió
en traducirse a sí misma
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