Anatomía de la melancolía
I
En absurdas salvaciones
trato de curar mi alma
no es que busque dicha calma
inventando mis canciones.
Otras tantas intenciones tuve
mas claras y muy sanas sensaciones
que el tener de ti
lo que de nadie nunca obtuve.
Puedes ver en mis carnes
el dolor del olvido (el olvido).
La ausencia de largas distancias
lo complica un poco más
y la cercanía de nuestras-nuestras vidas
separándose van.
¿Cuantas noches soñaré en ti
y al despertar estarás
en mis primeros pensamientos?
Difícil es saberlo
pero la sombra de lo eterno
pertenece ya a mi cuerpo.
Aquello que tanto quise
se disuelve a fuego lento
… demasiado lento.
Bastos nubarrones caen a nuestras bocas
llenándose de lágrimas
ahogando las palabras,
palabras del olvido
de un falso amor verdadero.
Aquel quien se llamó tu liberador
fue en realidad tu carcelero
enterrando el corazón
llenándote de veneno
ofreciéndote las alas
de un pobre pájaro muerto.
II
Es como si hubiera dado un salto el tiempo.
¿Será amor, será tormento?
III
Y tú que tenías Fuego en los ojos
Y yo que tenía ceniza en el alma.
Y tú que querías jugar la partida
y yo que sin más perdí la baraja.
IV
Cuando tus besos
se queman en mis venas
y el deseo es síntoma de dolor
por mucho que hoy haya Luna llena
mañana volverá a salir el Sol.
V
Recogiendo flores secas
de un mes desflorecido,
cosechando sólidas lágrimas
durante un largo tiempo extinguido.
Simulando tiernas sonrisas
de un precario desacuerdo.
Caminado a dos ruedas,
manteniendo el equilibrio.
Quiero tenerte cerca,
percibir tu respirar.
Cualquier otra cosa carece de sentido.
Ni furioso ni violento,
si no todo lo contrario.
Quiero hacer contigo
lo que hace la primavera a los olivos.
VI
Lejos de una vida que junto a ti soñé,
lejos de una fantasía que eché a perder.
Lejos de tu corazón
siento tu respiración.
Todo me da vueltas
como una escalera de caracol.
Lejos de tu vida pude comprender
que tu amor no se me olvida como yo pensé.
Lejos de tu corazón
siento tu respiración.
Solo puedo oír tu voz
cuando suena el contestador.
Lejos de una sonrisa que me enamoró,
lejos de unos ojitos que solo hay dos.
Fui yo quien te traicionó
fui yo quien te rechazó
y desde entonces me desvelo por las noches.
Fui yo quien te traicionó
fui yo quien te rechazó.
Y eso, eso no.
VII
Sabor amargo en los labios,
dolor asfixiando al corazón,
lágrimas cegando nuestros ojos.
Adiós, qué triste es para los dos.
Sabor a miel entre tus piernas
valor para quererte como ayer.
Yo no sé si tú te acuerdas
pero nos lo pasamos muy bien.
Y no sé hasta cuándo
y puede que me vuelva a equivocar.
Volveré a besar tus labios
y aprenderé a quererte un poquito más.
VIII
Vacío. El mundo está vacío.
¿La vida?
Pasea sin vida dejándose de banalidades,
llegando en bastas formas hasta ríos,
¿desprendidos?
No. Vacíos, ríos vacíos. Cuerpos vacíos.
Bellísima sangre prematura
del turbio olvido,
Tú, que tanto te quejabas,
gritas alabanzas a un Dios desconocido.
Secos, tristes, negros… humedecidos.
Vacío. El mundo está vacío.
IX
Ya no existe el ritmo.
La música, muere por momentos. Contigo, todo lo he perdido. Sólo tristes notas disonantes persiguen mi camino.
Tan sólo tres tristes notas, disonante es mi camino.
X
¿Dónde están los ojos que me hicieron enamorar?
En algún descuido mío se te debieron de secar.
¿Dónde están los ojos que me hicieron enamorar?
Ya nunca los veo, ya no se donde están.
¿Dónde está tu alegría y tu ansia de libertad?
Recuerdo cuando reías y me hacías volar.
¿Dónde está tu energía y tu fuerza de voluntad?
Tienes el alma vieja en un cuerpo sin apenas edad.
¿Dónde están los ojos que me hicieron enamorar?
Tan sólo espero que pronto me vuelvan a cautivar…
La habitación de los recuerdos
I
Por mi vientre atraviesa
un mar a chorro vivo
sin peces, copado de sal, herido.
No hay mensaje ni botella
tan sólo quedó su recuerdo
y una poquita de arena
y en ella, con un palo,
su nombre tatuado
a la altura del tobillo.
II
Una pequeña puerta se abre en mi amargura.
Un grito a la Esperanza un suspiro al corazón.
El dolor de los aviones encubría los silencios.
Esta noche así no ha sido,
los motores no callaban las palabras
y el amor con el que los besos dabas
se veía desde el cielo.
Quiero oír esa canción
la que tu nombre dice
y pedirte perdón
que sin ti estar no puedo.
III
Pasan los días y me vuelvo loco
tu recuerdo me alimenta como el Sol de agosto.
Tantas palabras y aquellos besos
no me cambiaría por ninguno otro.
Batallas jugadas en la calle y el colchón,
sonrisas perdidas por un poco de amor.
Cada cual en su sitio que repase la lección,
terrible castigo para tu corazón.
IV
Y subido a las más triste de las tristezas
me tiro del puente del olvido.
Me encuentro a la Luna llena
y deja que camine con ella.
Que yo no quiero nada más que tu recuerdo,
tu recuerdo me alimenta.
El más glorioso de mis pensamientos
es pensar que estoy vivo.
La habitación del olvido
I
Devorando fantasías
soñando bajo el metro
muerte que caminas
como si fueras libro abierto.
Tranquila, voy despacio
Rambla arriba,
Rambla arriba sin camino
no tengo ninguna prisa
sólo ha de pasar el tiempo.
Vidas que no acaban,
llantos que no llegan
y al final todo termina
en un simple pasatiempo.
Deseando una salida,
un sentido a esta vida
permaneces bloqueado
sin futuro, sin pasado.
Sintiéndote inseguro
te enfrentaste a tu destino,
peleando siempre con todos
encontraste tu tesoro.
Tranquila, voy despacio
Rambla arriba,
Rambla arriba sin camino
no tengo ninguna prisa
sólo ha de cambiar el viento.
III
Soledad! Qué grandiosa eres!
Soledad! ¿Por qué siempre a mí vienes?
Soledad! Me escondes con tu marchita sombra
de grises intenciones
y me entierro.
Me entierro en cuatro frías paredes
que sin querer me comen.
Me comen y me entierran,
me entierran y no crezco.
Pequeño gran ataúd de mi persona.
No pronuncio voz
mas el único sonido que atrapo
es el Silencio.
Silencio callado, cobarde,
Silencio enmohecido.
Y los pensamientos vuelan a través mío
y no logro detenerlos
y no puedo o no quiero.
Solo tú, Soledad
eres tan fuerte para hacerlo.
Hazles callar a todos Soledad!
Haz callar al Silencio.
IV
No tenía ni lugar donde vivir,
ni lugar donde llorar.
En la soledad se refugiaba,
llegando a la más oscura oscuridad.
Deja de llorar por el pasado,
por ese amor perdido,
pues como dice el poeta:
no es el amor quien muere,
si no nosotros.
V
Solo me espera el Silencio.
VI
Ya no recuerdo
lo que era darte un beso.
Ya no recuerdo
oír entre susurros un te quiero.
Ya no me acuerdo
porqué te pierdo.
Sabes que te quiero,
que me pones muy enfermo,
que me caigo por los suelos cuando voy un poco ciego,
que mi vida la daría
por una simple caricia
y que incluso mataría
por un polvo cada día.
Que sin ti no aguantaría esta vida de cobardes
que te quiero dar un beso muy pronto, cuanto antes
que en la calle se desata esta especie de locura
que me des los buenos días aunque sea por ternura.
Sigue habiendo Sol entrando por mi ventana
aunque no es lo mismo porque no estás en mi cama
aguanto a duras penas
y a la gente le sonrío
para no enseñar mi lado más dañino.
Que sin ti no aguantaría esta vida de cobardes
que te quiero dar un beso muy pronto, cuanto antes
que en la calle se desata esta especie de locura
que me des los buenos días aunque sea por ternura.
VII
Se que volveré
a quererte demasiado
porque el peso del pasado
casi ya se me ha olvidado.
VIII
Azul, mi cuarto es azul. Azul, tu lavabo es azul.
Azul como tus ojos,
como mis ojos.
Tantas son las que nos unen
que no recuerdo las que nos separan
y solitario me oculto en la playa
para observar tu mirada.
Azul, mi vida eres tu.
IX
Soñé que soñaba y soñé contigo.
Las estrellas y el Sol en el mismo camino.
Claros tus ojos con transparente mirada.
Por mi boca salía mi alma helada.
Acurrucada como un niño
en improvisado edredón
mis labios ansiaban tu conocido calor.
Me creí con derecho a cambiar tu vida.
Me sentí el dueño de la única verdad.
Quizás para no parecer tan inseguro
quizás para no ser tan inmoral.
Y al final de este paseo he aprendido
y no me volveré a equivocar jamás,
que el mejor amante es sin duda
el que ama con plena libertad.
Soñé que soñaba y soñé contigo.
X
En el todo está la nada,
en la Luna no hay silencio.
Pase lo que pase
por ti me quito el sombrero.
TÚ! Lágrima en una cara que me humedece todo el pelo.
No llores más pequeña flor marchita
que la guerra no ha comenzado
y ya estás del todo seca.
Vacía, gris. Sin aire ni nada.
Si acaso, tú. Espera.
XI
En tu suculenta alma dudosa,
sedosa con color de hielo.
En tu suculenta alma con salsa, a hierro.
Por tu suculenta arma, sin alma… yo muero.
XII
Gritos. Llantos. Desesperación.
Con un sudario me cubrieron y la muerte pude ver.
Con un sudario me enterrasteis y yo anduve por el cielo. Grandioso, enorme…
pero nunca eterno.
XIII
Telarañas en mi mente telarañas en mis ojos.
Los días forman la vida y ésta, un negocio.
Telarañas en mi mente telarañas en mis ojos.
XIV
De sorpresa, mil peldaños!
No quiero caer en la tentación de ser un cáncer melancólico de ilusiones y sueños frustrados.
XV
Vivo inventando algo que hacer,
siempre pensando en el mañana.
Así una y otra vez
los siete días de la semana.
Alguna vez encontraré
algo que me venga en gana
y, por si acaso, vomitaré
antes de irme a la cama.
Todo lo que no te he contado
I
En busca de historias,
de amores perdidos
maldiciendo la Gloria
en lugares podridos.
II
¿Y qué puedo hacer
si mis ojos no te miran como antes?
¿Que se le va a hacer
si me siento una mierda a cada instante?
No se me da bien
buscar amores de cartulina,
voy a enloquecer
si no veo pronto tu sonrisa.
Me masturbo a diario
sin pensar en ti
pero no te engaño
no soy feliz.
III
Te busco por las calles
en las noches de tormenta
y en las frías mañanas
de esta temprana primavera.
A menudo te siento, dormida, a mi lado
y al abrir los ojos te desvaneces,
o te conviertes en lágrimas
que humedecen mi rostro.
Te busco en los besos de unos labios
que no son los tuyos,
en las carnes de cualquier mujer desconocida.
Te busco en el viento y en el silencio.
Pero sólo te encuentro clavada en mi recuerdo.
IV
Agua,
quiero ser como el agua
que riega las flores de tu ventana.
Viento,
quiero ser como el viento que sopla fuerte
y no tiene miedo.
Como el viento
que entra por los rincones sin consentimiento.
Como el viento tímido estoy tendido en el vacío
donde no existe el tiempo.
Me tambaleo,
me fundo en el entorno…
… y desaparezco.
V
Como las vías del metro
vamos en paralelo.
Nuestras vidas las separa
un buen puñado de piedras.
Vivo anclado en el tiempo
y me molesta el silencio.
Me duele tu recuerdo
y donde voy te llevo.
Donde voy te llevo.
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