CLARIDAD
!Todo en el agua se aclara,
No se transforma, se ensancha!
Es agua de vidrio, y mar
Donde las musas se bañan.
Un espejo tiene el sol
Dentro de las nubes albas,
Los ojos que no lo miran,
En la penumbra lejana,
Lloran lirios y se duelen
De su ceguera del alma.
!Como gimen los rosales
blancos de la madrugada!
Se agitan las mariposas,
Y se derriten sus alas.
!Todo en el agua se aclara,
No se transforma, se ensancha!
Es agua de vidrio, y mar
Donde las musas se bañan.
Para mi bien he nacido
En pupilas de esmeralda,
Con sueños de eternidad…
!La eternidad de la infancia!
Sus ojos verdes, azules,
Beben lunas en el agua,
Mientras el agua me besa,
De mi beso enamorada,
Le pinto con rayos blancos
Su sonrisa blanca, blanca.
!Todo en el agua se aclara,
No se transforma, se ensancha!
Es agua de vidrio, y mar
Donde las musas se bañan.
Hoy la veo en el espejo
Del líquido que la guarda,
Y de mirarla tan honda,
En su burbuja encantada,
Mi boca florece en versos
Que se mueren por nombrarla.
El eco de mi canción
Retumba tras la montaña.
Todas las notas del eco
Retoñan en mi garganta.
!Todo en el agua se aclara,
No se transforma, se ensancha!
Es agua de vidrio, y mar
Donde las musas se bañan!
El verano ha renacido
Con su corona de lágrimas.
Los árboles, alas, nubes,
Estremecen las mañanas,
Ebrios de enjambres y música
Que despierta a las palabras.
Ya los párpados insomnes
Que una tristeza presagian,
Ven adentro de sus sombras
La claridad que se apaga.
!Todo en el agua se aclara,
No se transforma, se ensancha!
Es agua de vidrio, y mar
Donde las musas se bañan!
POEMA EN LUZ
El día es un cuaderno
Pautado de silencios.
Un suspiro leve
Suspenso en el alba,
De labios apagados,
corcheas de miradas.
Una melodía
Con clave de luna,
Sabor a nostalgia.
!No quiero morirme
Sin antes cantarla!
Todas las palabras
Son flechas sin filo
Que arden, y pasan;
senderos de espinas
Y pencas de oprobio
Que al aire naufragan.
El hielo congela
Y alumbra el hastío
De la madrugada.
!No quiero morirme
Sin antes mirarla!
El ojo del agua
Tiene su pupila
Color esmeralda.
Ve la luna verde
Y verdes las casas.
Verdes los céfiros
Que a la distancia
A la rama duermen
Con sólo tocarla.
!No quiero morirme
Sin antes amarla!
La mano invisible
De la sosegada
Noche constelada,
Oculta el perfume
Que nace en la orilla
De una mirada.
Yo voy tras la ola
Del presentimiento
Que la tarde calla.
!No quiero morirme
Sin antes besarla!
Cuando los caminos
Oyen los rumores
De vuelos y alas,
Y en la leve hierba
Una nube de insectos
Irrumpe la calma,
Los hilos de cobre
Sobre los trigales
Quisieran atarla.
!No quiero morirme
Sin antes tocarla!
RESCOLDOS
Qué día es este,
sin dientes y sin carne,
Sobre el papel de un diario
Levantado y caído
Al mismo tiempo;
Herida sobre la piel del alma,
Grito de guerra
Sofocado por el miedo,
Insulso sol a solas
Que un ósculo tardío
Empaña el horizonte.
Qué día,
Con su estancia impoluta,
De hipérbole con grumos,
De párpados atribulados;
Dando de si
Ya sólo niños solos,
Bajo el puente,
En su humo terrestre
Su ingravidez untada,
En su vocación de hueso,
Que habla, dulcemente,
Sobre la carne sin memoria.
Que día es este,
Que al final de su diluvio
no tiene un arca
Donde salvarse a sí mismo,
Y que a torrentes
Rebasa los límites
Del mundo.
Día de tréboles secos,
de mala leche, cáustico,
De muros grafiteados
Con sueños mal escritos
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