Montaña,
mi estandarte en la más alta montaña
profundo,
mi penar en el mar más profundo,
gritón es mi despotricar en el mundo,
sonido, son melodioso es mi barca.
Solicitada, obligada, rogada,
espero tu palabra de algún modo,
habitual, que la reciba, no es,
no soy destino,
balbuciente me llega
algún tímido despojo.
Diferente o igual,
según convenga,
yo me creo, como todos.
DE CÓMO ENCENDER UN FUEGUITO
¿Es necesario que se haga un manual de instrucciones, o un método consensuado para todo quehacer humano?
En su cabeza iba ensayando
previamente
un segundo antes de hacer,
lo que parecía improviso…
De ese modo, paso a paso, uno a uno
fue cumpliendo punto por punto.
Acercarse lentamente, que no parezca violento.
Apoyar una mano en su brazo,
con el tacto de una pluma, sosteniendo.
Levemente inclinarse y así acercarse a su cara
mientras tanto, mojar los labios,
sin que se dé cuenta, por supuesto.
Tomar bastante aire, casi demasiado,
para contenerlo por un tiempo, si es necesario.
Una vez encontrados los labios,
proceder sin presionar,
aunque si se percibe la bienvenida,
sumarle un poco de brío no ha de estar mal.
La boca cerrada, primero,
luego entreabrirla de a poco,
si se recibe lo mismo en reflejo,
sumar humedades ha de ser el próximo intento.
Una vez ya viento en popa
la pregunta es ¿cuánto tiempo?
No desesperar,
no apurar, no demorar,
dejar fluir.
Si se cree en las magias
y las alquimias del cosmos
ha de ser muy natural
y ha de pasar de algún modo.
Si ser incrédulo o escéptico
está más en su cabeza
también ha de ser así,
entonces no preocuparse.
¡No olvidar cerrar los ojos,
que para abrirlos ya habrá tiempo!
Y ese fue el primer beso,
el primero que le dio…
y coincidió casi a pleno
con las múltiples premisas
de un manual de instrucción,
que alguien escribió en otro tiempo
en un lugar muy lejano,
con el mismo y exacto fin,
el de crear una chispa
y lograr la combustión.
EN TREN DE VERSOS…
Hoy,
el día empezó amarillo luminoso,
al amparo de dioses olvidados.
Ayer,
misterioso era en la niñez
ver los rayos de sol
entre hedores y legumbres podridas.
………………………………………………
Nadie lo vio,
ni lo escucharon tampoco.
– “He perdido inexplicablemente
el verdor de las plantas,
la ilusión de creer”.
………………………………………………
Con el sol saliendo
detrás de las montañas
hombres caminan y corren y gritan.
Atravesar un vaso de vino
inoportuno y fugaz
justo detrás del vagón…
………………………………………………
Se escondió en el tiempo
de ese tren que iba al sur
y cuando logró salir…
– “Disculpe jefe,
¿este me deja en calle Libertad?”
– “Hoy ya no tanto…”.
FIESTA
El perro con dos colas, el gato con botas,
el mono con navaja, la paloma de la paz,
el caballo regalado, el gallo de riña,
la hormiga viajera, el ratón de biblioteca,
el sapo cancionero, el chancho rengo,
el pez gordo, la mosca en la sopa,
el burro de arranque,
todos, todos, todos…
hasta el lobo,
llegaron al baile de disfraces
del crucero de Noé
vestidos con piel de cordero.
SOLO
Solo
fue que aprendí a tocar la guitarra.
Logré conjugar puntos y líneas
de diagramas jeroglíficos,
y una vez descifrados
se tradujeron en melodías de escarabajos…
El sabor amargo del bronce
de las cuerdas
y el entumecimiento de mis piernas
me recordaban
que había estado mucho tiempo
sentado en el suelo
practicando acordes y punteos…
Hoy
otro entumecimiento
tengo en mis manos y dedos;
es el óxido infame de la carne…
y crece el miedo
porque mi guitarra
quizá me deje
solo…
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