Sentada en la esquina
De tu inquietud y tu deseo,
Sorbiendo con parsimonia
Tu caliente café de indiferencia,
Contemplando el transcurrir
De almanaques y personas,
Esperando una lluvia de magia
Que no llega.
Las gotas caen, sí,
Pero se deslizan perezosas
Sobre tu espejo y
Se hunden en la tierra
Queriendo ser mar.
Y hasta el mar se evapora,
Y regresa a su nube,
Y vuelta a empezar
Con ese café inagotable,
Ese deseo inabarcable,
Que continuará sentado en aquella esquina,
La misma con la que comencé este poema
Tan incierto como la memoria
Inventada de los días,
Y donde las lágrimas son estrellas
Y los besos son fugaces,
Donde la muerte se agazapa para cantarte queda
Frágil
Gente rota
espíritus doblegados
con el sol martilleando sus cabezas
sacándoles surcos ardientes a las cosas
asfalto desplegado hacia el infinito
y el rastro de sus espaldas serpenteantes
soportando el peso de sus cielos caídos
los abrazo
a esos monstruos repletos de ternura
a esos perdedores sin salida
a los vacíos de amor
de caricias y de vías de escape
atrapados en cárceles de hormigón
prisioneros cuyos patios de recreo
son la despiadada ciudad
de soportales políticos corruptos
canto a aquellos que atrapan
la arena de la playa entre sus manos
y se les escurre entre los dedos
y vuelven a coger otro puñado
a los que anudan la esperanza entre sus dientes
y la desgarran hasta ingerir el último bocado
a los que dejan sus miembros desperdigados en el camino
en un peregrinar sin sentido
hacia el abismo insondable de sus mentes
locos asesinos de ideas
brotes de primavera
¡Os saludo! ¡Os canto! ¡Os amo!
Accidente
Las saetas detenidas eternamente
Sobre un desecho de paloma
Una mancha marrón persigue su
Rastro líquido hasta un charco de humo
Que parece colgar del cielo
Como una telaraña
Hijo muerto, hijo muerto
Su rostro y su cabeza
Hechos metal
Trasformados en cromado abigarrado
Con forma de acordeón
Del que surge una música fúnebre
Como toses agónicas
Que llaman en la matutina niebla
A un buque perdido y sin destino
Hijo muerto, hijo muerto
Una certeza que no es posible
Por increíble
Un dios dormido sobre nubes rojas
Como algodón de feria
Un grito que rompe los cristales del día
Como el parabrisas ha estallado sobre el cuerpo
Del hijo
Padres muertos, Dios muerto
Un sueño absurdo para una noche de insomnio
Una larga lengua de alquitrán
despliega
tres cruces
tres semáforos
tres cuerpos en la misma posición
McCoy, Kirk y Spock
con sus pijamas de colores.
Un policía con aire marcial
dirige el tráfico para sortear los cadáveres
Yo, sobre la acera, infructuosamente
trato de sacar una artística instantánea
(la fama se desangra en la calle)
Arriba, la luna lo llena todo, menos la luna
Tarot
La echadora de cartas
Vino por la tarde
Y me leyó las líneas de las manos
Curtidas por el frío y el lavavajillas
Aseguró que mi destino se veía claro y limpio
Buen comienzo
Pensé
Después me invitó a un té
Con pedigrí
Y también leyó sus posos
Entonces lo veía todo negro
Hizo la media
Y decidió que ya había llegado la hora
No mi hora
De atreverse con un peso pesado
De acertar en los naipes
Lo que ni Dios había escrito
Su miope perspectiva
Cabalgaba a lomos de una gruesa nariz
Y Nostradamus también muerto
Profecías erradas
O certezas con cara de payaso
La echadora de cartas es un chiste impredecible
Con el colorete derritiéndose por sus mejillas
La cita
Una noche
Me buscó la historia
Un recuerdo
Perdido en algún rincón
Bajo la cama
Cogiendo polvo y pelusa
Respiraba con dificultad
Una gota de lluvia
Se deslizaba por el cristal
Del otoño
Ansiando ser mar
Tenía una cita
Pero la muerte no acudió
Zeus vino de visita
Y se marchó antes de lo previsto
La historia
Registraba en los armarios
Sin hallar más que ropa agujereada
Mi escondite era evidente
Pero me convertí en piedra
Las luces bailaban
En el cielo
Sus ritos de apareamiento
Rasgaban las nubes con su estruendo
La certeza era efímera
La vida era efímera
El amor era efímero
El mar ya no podía contener más gotas de lluvia
Zeus volvería otra mañana
O eso dijo
A recoger mi perdido recuerdo
Sucio y polvoriento
La historia se quedó en el armario
Junto a las polillas
Y la muerte decidió
Que mejor quedábamos otro día
El viaje (the trip exactly)
Exactly
Strangers in the night
Frank tiene muchas deudas
Y ya no canta como antes
Susurra villancicos
A los monstruos de su cabeza
Los adornos navideños
Han crecido con los años
Como hijos bastardos
Como unas relucientes fiestas por estrenar
Como un balbuciente bebé que demanda alimento
Como un poema sin sentido
Un rosario de palabras espectrales
Que vinculan el cerebro con las cuerdas vocales
Strangers in the night
Exactly
La esposa de Frank
Ya no es su mitad
Es la mitad de otro
Frank tiene un boleto de la suerte
Y piensa que esta vez sí
Pero Frank se equivoca
Siempre ha estado equivocado
Sobre todo
Exactly
Frank tiene los bolsillos vacíos
No tiene trabajo ya
Sigue andando
Pero está muerto
Ya lo estaba mucho antes de nacer
Pero Frank se equivocaba
Como no
El propio Frank es una alucinación lisérgica
Del propio Frank
Es más
De la propia sombra de Frank
Exactly
Strangers in the night
Lo mejor
es que todavía no lo sabe
Horror Vacui
Aterradora simetría
la del tigre y sus ojos
que te buscan en la noche
el vacío no tiene las respuestas
aunque devuelva tu mirada
los monstruos despiadados
flotan como nubes sin destino
no obstante controlan el futuro
un futuro
¿tu futuro?
nadie te rescatará de la ballena
tu alma condenada vagará
entre lápidas rotas
arderá sola en el infierno
aunque robes cruces en el cementerio
aunque no temas las visitas de los muertos
no más hijos de madera
no más dioses amnésicos
ni ángeles perdidos
o demonios internos
tampoco tigres
tú, sólo tú
en la inmensidad verde de la jungla
y esos ojos que te juzgan…
claros y profundos
como la armonía de los huesos
Arterias vegetales
Madres zarabandistas
Bajo un sol de invierno
que engulle a sus retoños
Entre árboles y bancales
Auspicios primordiales
Raigón valiente
Frente a frondas tardías
Refulgen el aprendiz y el maestro
En la distante espesura que es verde
y seca promesa
contra los vaivenes de Cronos
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