.El origen del deseo

Se desvanece la tarde y la delgada linea que de divide nuestros cuerpos se rompe.

Se astilla se vuelve clara, transparente, de luz y de sombras, y sonrio al verte.

No ha podido el tiempo borrar esa imagen que a fuego grabaste lenta y dolorosamente.

Si al tocarme enciendes la chispa sagrada de mi geografia, y pierdo el camino que me lleva lejos.

De mi sur al norte donde puedo verte sin que te des cuenta, donde sople viento y el mar nos envuelva

Latidos que hacen que me duela menos no poder decirte lo que mi alma piensa

El punto departida de mi propia existencia, el deseo perpetuo de mis ojos negros y la boca roja que sellaste a fuego.

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