Enamórate de aquella alma que sabe respetar
Los lazos libres del compromiso,
Enamórate al absorber todo su respirar;
Toma el olor de su piel sin permiso.
Enamórate de sus pisadas llenas de seguridad
Del destino planeado y anhelado,
Construye tus cuentos de vanidad
Enloquece de sobriedad.
Enamórate cuando te busque
Desmedidamente,
Cuando seas el centro
De su pensamiento,
Cuando la abundancia los arrope
Y de golpe los empuje a la felicidad.
Enamórate en los primeros días
Y en esos años gloriosos,
Donde sólo piensas si esto es real
Si la dicha no tendrá final.
Y también enamórate cuando ya no conteste
Los mensajes rápidamente,
Cuando tu figura no le es atractiva
Y te lo reproche a cada instante.
Enamórate cuando su lejanía
despunta súbitamente,
cuando te maquilles con gotas
de dolor y desvelos.
Cuando las arrugas del cansancio
Van matando tus sueños.
Enamórate cuando las preguntas
Ya no tienen respuestas,
Cuando el perdón es la salida.
También enamórate de los días
En que prontamente comprendas
Que el lucero va apagando
Su centello.
Enamórate cuando recapacite
Y decidas recibirlo,
Enamórate cuando esas cosas
Apagaron en ti la ternura.
Enamórate de la mañana
Cuando extrañes su calor,
Y te des cuenta
Que también fallaste en el amor.
Idealizaste un pensamiento
Que se materializa en lo imperfecto
Que el amado está lleno de pasión
Pero también lleno de defecto.
Enamórate cuando despiertes con él
Y sepas que el amor ya no es un sentimiento
Sino una firme decisión,
Que todos los días con denuedo
Se alimenta de la paz de tu corazón.
Sin decir más… enamórate.
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