Cada cual tiene un reflejo en el espejo
La comprensión y la existencia de su aceptación
Son las cosas y los objetivos que no se pueden olvidar
Se tienen que aceptar y contemplar
La realeza de las cartas sobre la mesa.
Miraras con delicadeza
Cada sentimiento… traído como el tormento
De aquel recuerdo… que quedo en el olvido
De las rosas marchitas
Entre sábanas blancas… quedaran ensangrentadas
Como claveles cortados por las tijeras del destino.
Dos almas albañiles
Despojadas una de la otra
Lloraras las tristezas de los recuerdos
Que quedaron en el adiós
De la triste realidad
Que como fragmentos en la memoria solo se recordaran.
No he visto nada igual a esta comparación
Se que es duro tener que sobrevivir
Sin el amor de tu vida
Que ha quedado atrapada
En la triste melodía
Que dejo de sonar aquel triste día
En que no pude ocultar más la verdad
Y ahora sé que fue un error.
Cada cual tiene un reflejo en el espejo
La comprensión y la existencia de su aceptación
Son las cosas y los objetivos que no se pueden olvidar
Se tienen que aceptar y contemplar
La realeza de las cartas sobre la mesa.
Pongo todo en juego… apuesto todo… dejo todo
Y la realidad deja de pesar
Ya que no puedo olvidar
Tuve que arrancar… mi humanidad
No es suficiente ilusionarme
No basta con aplacarme
Me miraste, juraste amarme
Y solo quedo en palabras
Romperé las leyes
Maldeciré mi nombre por el hombre que fui
Y por el que ahora soy.
He visto el cielo ponerse gris
Cautivar mi alma
Del poeta que extrañamente proclama
La gravedad de mis heridas
Abatido en el olvido
Llorando y suplicando.
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