A diez pa’ los quince, – me contaba–
Gafo; le llegaron a casa, sin asco.
Siete ‘mamahuevos’, y no en vano.
Que, al chamo y su madre, desnudaban.
Sacaron las ‘vergas‘ que a ella desean;
Venosos, gruesos, en ano apretado.
Sangre. Y otros, a la boca lagrimeando.
Daba en cuatro, y dedos por uretra.
Fue carajito, de semen por cara.
A mamá jalada, golpeaba espalda,
Mas a palazos les excitaba.
En orgasmo, a él machete le pasan;
¡Zampóselo! Partió y ahí zanja.
Viva aún. Se lo mete y saca.
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