Entonces, tú crees que por llamar, yo saldré corriendo e iré a los confines de la tierra?
Eso era antes, cuando giraba mi vida en torno a lo que decías.
A mi, para que te miento, me gustaban tus besos, eran como la savia es a las plantas, eso me hacia sentir viva y cuando me acariciabas podía sentir que tocaba el cielo. Es cierto, me sentía liviana.
Pero, llegó ese día y ambos faltamos a una promesa hecha en un lecho, no eramos casados pero cada amor tiene su promesa y se hizo nula.
Te fuiste con ella, y yo permiti que el castillo de naipes se derrumbara.
Yo lo confieso: Te quise dejar primero y si en ese momento hubiera salido otro pretendiente, no estuvieras en mi pensamiento.
Date por bien servido, hasta ahora estás, pero recuerda que todo tiene su final y pasarás a ser el recuerdo y nada más
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