Hablábamos
y sin palabras
nombrábamos todas las cosas,
los besos llenos del sudor del alma,
los labios hechos una sola boca.
Callábamos
y las miradas
cruzaban sigilosas las alcobas,
tu anatomía, tu atlas, mi único mapa,
la geografía, el país, la edad, la historia.
Colguemos del olvido los recuerdos,
pasemos del salón a las estancias,
librémonos batallas por el suelo,
rindámonos de amor en la distancia.
Besábamos
y en la garganta
guardábamos fresas y rosas,
los frutos maduraban, las manzanas
de azúcar, rojo vino y flores rojas.
Amábamos
y en las entrañas
sumábamos las noches y las horas,
los besos llenos del amor del que ama,
los labios hechos una boca sola.
Hablábamos
y sin palabras
nombrábamos todas las cosas.
(1999)
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