Extraño la playa.

El concepto
Pero no tanto como por ejemplo el de Sanclemente (Made in).
El mar y la costa,
Cómo libertad visual.
El orizonte sin ser interrumpido por la quietud de la llanura,
El movimiento hipnótico de la marea
quebrada sobre la orilla.
Después los médanos, el asfalto.
La mezcla que surge de una ciudad encendida sobre las llamas del concreto que termina por encontrarse con el polvo de arena dorado, caliente.
Los cuerpos libres sobre el sopor espeso de una vida ahogada bajo un clima incoherente.
La pleamar como parque de diversiones mientras a las viejas se le moja la vianda.
Las tablas de tergopol raspando las pansas de los niños.
El olor a pescado.
Y algún que otro turista rescatado de los chupones del mar.
Piernas meadas, para sanar las heridas que deja el beso de la medusa.
El torpedo como moneda corriente.
La cerveza con limón como moneda corriente.
Los heads of chotas con los parlantes a full y la nave al piso como moneda corriente.
El movimiento prematuro de las entrepiernas quemadas por el sol sobre un camino de madera que arde.
Los pies desnudos.
la tormenta que se guesta sobre los cuerpos inadvertidos. Irritados.
Sobre los ojos achinados por el sol,
Sercheando otros cuerpos,
Vigilando:
Que la abuela no se pase de calor,
Que no se hierva como langosta,
Que el nene no se adentre en las fauces hambrientas de un mar barroso
Que la tía Esther no se coma el último churro.
la playa como la deepweb que se entreteje como preludio en la ignorancia de los foráneos:
El sol oscurecido,
el viento cálido de serpiente en el sonido de los arbustos.
El trueno que acecha.
El caos inadvertido de la tormenta.

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