Siempre quise decírtelo
nube,
que corres
dejando el polvo
en mis ojos grises.
Y me callaron tus miradas
a veces sedientas
o vacías
o esponjosas,
los lunes rosas
y amarillas
y los otros días
no me acuerdo.
Porque he olvidado
tus formas
llenas de despedidas.
Porque vienes siempre
para irte
y me dejas con tus monstruos
o príncipes y leones,
me dejas con tus castillos
y tus barcos,
siempre tarde
y no me acuerdo.
Cuando no estás,
nube,
no hay miradas
sedientas, vacías
ni esponjosas,
no son los colores,
ni corren los barcos.
Quise decírtelo
y no pude
porque me ahogaron
tus formas y tus colores
nube.
OPINIONES Y COMENTARIOS