Presidente Mariano Paredes, ese es el nombre de la calle en la que me críe, ubicada en Culiacán, Sinaloa; se puede ver que apenas estaba en proceso de ser pavimentada, cosa que le viene perfecto a la historia.
Era pequeño e iba en la primaria, ayudaba a mi madre a hacer la comida y me mandó a buscar ingredientes. Salí y la calle estaba llena de constructores; era un día como cualquier otro, pero tenía ese sentimiento de incertidumbre.
Al acercarme a la entrada de mi casa, me detuvieron, no recuerdo si fue mi padre o mi hermano; pero antes de responder logré distinguir unas figuras, eran varias personas armadas.
Ya dentro de mi hogar, me metieron en un guardarropa, no entendía, hasta que escuché muchos disparos, todos estaban muertos de miedo, hasta los constructores que terminaron en nuestro patio.
La razón de todo fue un vecino que estaba en «malos pasos». Una deuda y fueron a cobrarle a su modo; lo malo de la historia es que no fue la única victima.
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