Era una noche fría de invierno,me vi envuelta en el encanto de Berlin,sin mas tome mi abrigo y decidí tomar un paseo,recuerdo que en las iluminadas avenidas resonaban mis tacones los cuales adoraba combinar con aquella blusa azul.
Mi andar era muy parecido como el de aquel que no busca nada en especial ,con paso tardío.
Pensé en ir por un café y por el periódico que olvide en la mañana.Al fijar mi mirada sobre mis lentes,aquellos grandes y negros que me cubrían del frió y daban un aspecto misterioso de mi persona los mismos que compre en una excursión por Francia estando estos de rebaja.Pude observar un triste y desolado vagabundo,este al ver mi fija mirada no dudo en pedirme algo de dinero con esa mirada vacía de quien solo aspira sobrevivir día a día. Ante su petición no hice cosa mejor que quedar inerte,muda pensando en los dos lados de la moneda en el y yo y la triste lejanía que separaba mi comodidad de su miseria.
hurgue en mi bolsillo y encontré un billete, sin mas se lo entregue y continué mi camino directo al café mas delicioso de Berlin, bueno eso dicen.Y tenían razón solo pedí un capuchino,con su aroma simplemente inspira escribir una poesía.Luego del café sin mas decidí regresar a mi departamento, un quinto piso solitario de uno de los mas lujosos edificios de la ciudad. Al entrar recordé que nuevamente olvide el periódico pero también recordé que ya estaban por transmitir los ganadores de la lotería,y muy molesta pensé que era mas importante saber si iba a ser millonaria ya que un trabajo como editora en el new york times todavía no era suficiente,nunca fui de esas personas que simplemente se conforman.
Me puse cómoda con una simple manta tapando mis pies y allí estaba los premios de la lotería cuando ya estaban a punto de anunciar los ganadores recordé mi boleto sin ello no podría saber si soy ganadora,fui corriendo hasta mi chaqueta hurgue por sus bolsillos y lo único que encontré fue unos billetes de distintos cambios.
Mi corazón latía muy rápido podríamos hablar de una intensa taquicardia al escuchar al presentador anunciar unos números los cuales estoy segura que fueron los que aposte lo se bien,la fecha de mi cumpleaños,el aniversario de mis padres,la fecha de mi graduación,y como olvidar aquel numero el 13 que solo lo aposte porque dicen que es mala suerte.Solo pude reírme sin parar y saltar hasta que me percate que sin el boleto seria imposible demostrar que gane.Estaba muy preocupada y supe claramente que ocurrió se lo di por equivocación al vagabundo,supe que jamas me lo entregaría claro esta ,pero tome esa misma chaqueta y salí lo mas rápido que pude y al abrir la puerta esa misma que rechinaba cada vez que la abría y cada vez que me quejaba con el conserje tenia la misma respuesta: estamos ocupados,sera en otro momento.Me vi de frente con el vagabundo quien sin mas me entrego el boleto y también el periódico de esa mañana aun sabiendo que había ganado la lotería.
Simplemente no pude creerlo y tampoco entendí como supo que gane la lotería,no tendría manera de verlo,tampoco supe como sabia que hoy busque el periódico.
Gracias a esa honestidad genuina logre cobrar lo que había ganado y pude ayudar al vagabundo quien como entre risas, cuando cuento la historia, digo que el y el 13 me dieron la suerte y tal vez pudo tener algo de suerte el también.
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