En algún lugar de Tabasco, México. El sol salió como cada mañana, el bullicio de las personas por salir a comprar ansiosas, y terminar ebrios »agradeciendo» otro año, era su felicidad por esos momentos el presumir sus mejores »garras» su mejor sonrisa, su mejor baile, era la emoción de aquel 31 de diciembre. Mas en aquella casa, casi junto a las vías del tren, ese lago y ese puente peligroso, sabían que ese fin de año como muchos atrás, seria igual, no habría nada que estrenar, nada que comer, nada que vestir, nada que bailar nada que agradecer, otro año se iba y una vez ,mas en la pobreza igual. Pero Mel el hermano mayor pensó que seria diferente creyó que su padre iba a tener un salario y no fue así; salió a las vías del tren se sentó, sus ganas de llorar se acercaban las lagrimas, empaparon sus mejillas, y las seco con su vieja camiseta llamada »nueva» para el, se preguntaba ¿Qué pasaba? ¿Qué habían hecho mal, para merecer esto? Le preguntaba a Dios, ¿Qué si en donde estaba en esos momentos cuando mas lo necesitaba? Se sentía impotente frente a su madre, y sus cuatro hermanos menores. Se levanto, y entro a la casa había llorado, se había hecho muchas preguntas; pero el sabia que llorar no le ayudaba mucho calmaba su dolor, pero no le ayudaba. Entro y vio un viejo rifle en una esquina de la cocina, tenia apenas tres cartuchos ya oxidados, le pasaron muchas ideas en la cabeza, pero solo uso la que el pareció mejor.
Camino por esa calle tan triste Se sentó en el puente, y aun no contenía su llanto, pero algo no moría en el y era la esperanza de que ese 31 de diciembre seria distinto y fue así desde el puente vio grandes peces que se paseaban, disparando con su rifle rápidamente logro cazar tres grandes y especiales peces para el; con mucho trabajo logro sacarlos y llevarlos a casa cuando llego su madre estaba mas triste que Mel pero, se asombro al ver la gran pesca la tristeza había terminado para el y su familia hubo comida muy abundante, Mel estaba feliz, muy feliz. Y aun quedo para el »recalentado» del dia siguiente. Mel entendió que por muy incrédulo que seas Dios, no abandona a nadie y su corazón tenia esperanza de que seria diferente y asi fue, Mel agradeció. Por un momento se desespero y lloraba y se hacia miles de preguntas pero nunca abandono sus esperenzas.
»Tus logros pueden estar demasidos lejos, pero eso es porque tu asi lo quieres» -Mi papa (Mel) comiendo pescado frito, en una cena de fin de año.
. –VE POR LA GRAN PESCA DE TUS SUEÑOS Y CONVIERTELOS EN LOGROS.
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