Fue amor a primera vista. Al mirarse, sus ojos hicieron una conexión tan grande que se sintio en sus corazones. Estaba escrito; tendrían dos preciosos hijos: Emilio y Margoth. Vivirían en una hermosa casa donde envejecerían mirando el atardecer todos los días, sentados y tomados de la mano. Pero ninguno se quito los audífonos. Él bajó en la estación Baquedano y ella siguió.

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