Un viaje no precisamente trata de tomar un vuelo, ir a mar abierto o recorrer kilómetros en ruedas, un viaje basta con ir a un lugar desconocido que puede estar a la vuelta de tu parada, un buen viaje lo hacen las ganas de disfrutar e ir a la exploración máxima. Tuve un viaje hermoso, descubrí cosas que jamás pensé que habían en este pequeño pedazo de tierra, hice de este viaje el más anhelado y esperado, tomé mi pequeña maleta y un bus que me llevo a recorrer un poco de mi alrededor, en esos días envolví mis pies en agua salada, azote mi rostro entre la brisa y pude ver las mas bellas puestas de sol que hacían arder mi mirada, era hermoso poder ver tan simple y sencilla postal, use mis pies para desplazarme por lo que me pude estacionar en cualquier parte que llamara mi atención.
En este viaje pude descubrir cosas de mi que no había analizado, pude amar y encantarme aún más con mi fortuna, que era poder estar ahí, respirar y observar tan bello paisaje sin un sólo lujo y lo mejor de todo era que toda esa majestuosidad estaba tan cerca de mi, sólo tenía que atreverme porque uno de mis pensares era no llegar más allá, por el hecho de estar cerca, sin duda lo mejor de todo fue que pude conocer mi entorno y de manera simple, con poco dinero en mis bolsillos pero suficiente para hacer un viaje de tranquilidad, porque ese es el fin de aquello y lo encontré, que lugar mas calmo y que ayudo a sanar cicatrices, y encontrar mi inspiración en la escritura, solté mis angustias mirando el pacífico más un lápiz y papel, me sane y pude unir mi historia para que algún día pueda ser leída.
Este hermoso viaje que hice ocurrió en el bello litoral central Las Cruces, Chile.
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