Eran mis primeras vacaciones con amigas, teníamos una emoción enorme de volver a Buzios pero ésta vez sería juntas. Empezamos a prepararnos para el viaje medio año antes, es decir, averiguar sobre los pasajes, hoteles y demás. Estábamos muy ansiosas, pero tuvimos que calmarnos porque faltaban meses.
Hasta que… ¡finalmente el momento llegó! Ya era el día. Nuestros padres nos llevaron al aeropuerto, habíamos dormido muy poco por el vuelo, por lo tanto yo me dormí. Al despertar, estábamos por aterrizar. Bajamos del avión, esperamos a las valijas y nos vinieron a buscar. El chofer nos fue contando por donde estábamos pasando.
Llegamos al hotel, era muy lindo. Teníamos desayuno incluido, una linda vista con balcón. Entramos y una de mis amigas se cantó que dormía en la matrimonial y para q no haya peleas yo dije que dormía en la cama normal y mi otra amiga durmió en la matrimonial también. Le avisamos que íbamos a prender el aire porque hacía mucho calor, ella dijo que estaba todo bien porque se iba a abrigar y listo.
Al día siguiente, fuimos a la playa Jao Fernandez que estaba cerca del hotel y era una de las más conocidas de Buzios. Fui con Dana porque mi otra amiga, Ana no podía exponerse ni un poco al sol, y allá el sol se va a la 16 hs por eso íbamos temprano. Por lo tanto, Ana se quedaba sola. A la noche decidimos ir a bailar, la música de allá estaba buena pero a la vez extrañábamos la nuestra, así que nos fuimos antes del boliche y a la salida…nos empezó a seguir un auto preguntándonos por una calle que era por la que íbamos… Nosotras seguimos caminando y nos gritaron que si no parábamos iba a frenar un auto a media cuadra y que nos iba a violar. Seguimos caminando y….¡frenó un auto en la esquina! Por lo tanto nos fuimos corriendo, nos encontramos con unos argentinos y les pedimos que nos acompañen hasta un tramo y nos fuimos al hotel.
Estuvimos un buen rato en shock, yo me tape bien y traté de dormir.
Al día siguiente, fuimos a otra playa de Buzios, la playa de Azeda para ver el atardecer, ya que ahí se veía hermoso.
A la noche, decidimos ir al centro de Buzios y tratar de juntarnos con más gente para no tener miedo por lo sucedido. Nos hicimos amigos de chicos de Córdoba, Neuquén, y de Chile hablamos con estos chicos y fuimos a bailar, ese día había fiesta latina por ende había música brasilera pero más latina. Al salir del boliche quisimos quedarnos por ahí para ver el amanecer y cuando llegamos al hotel desayunamos.
Al día siguiente fuimos a la pileta para estar con Ana y más tarde fuimos con uno de los chicos a la playa. Nos habían contado que había una fiesta a la noche, parecía re copada así que decidimos ir también con los otros chicos. Nos la habían vendido como la mejor fiesta del año, por eso decidimos ir.
Al llegar, vimos que el lugar no era lo que nos habíamos imaginado pero nos quedamos porque pasaban la música que nos gustaba. Parecía ser la mejor noche de todas hasta que…llegó la policía. Resulta que era una fiesta medio turbia y los vecinos se quejaban de la música. Mis amigas y yo estábamos muertas de miedo. Ninguna se imaginó que podíamos llegar a vivir eso. Vinieron cinco patrulleros, tiraron la puerta abajo y escuchábamos que discutían con los responsables de la fiesta rápido y en portugués claramente por eso no entendíamos bien que estaba pasando y estábamos en shock.
Al irnos de ahí sólo pensábamos en ir al hotel. Y quedamos en salir solo a boliches por más que no pasaran tanto la música que nos gustaba.
El resto de las vacaciones mejoró ya que no hacíamos nada nuevo, íbamos a la playa, pileta, bares o boliches.
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