He escuchado tantas historias sobre viajes largos y emocionantes, desde pequeña he tenido un sueño y es, ser libre, volar en un avión e ir a lugares inimaginables, encontrar tesoros o animales asombrosos, simplemente salir de la monotonía y vivir el momento de cada cosa hermosa que podría suceder.
Me he estado preguntando, porque siempre vivimos en lo mismo, ya saben, siempre la misma rutina, y a veces días de descanso, pero, ¿de qué sirve?, en realidad mi viaje perfecto siempre había sido ir a un lugar «irreal» donde todo se pudiera hacer realidad, un mundo donde no hubiera dolor, un mundo donde todo sea «perfecto», lleno de estrellas brillantes, animales asombrosos, cientos de arcoíris y hadas que cumplen «deseos», siempre me hacía preguntas como, ¿por qué algunos quieren huir de la realidad?, ¿por qué la gente se suicida?, ¿por qué las personas quieren huir?, ¿cómo es que el mundo se cae a pedazos?, la respuesta es simple en esta vida todos tenemos algo que atesorar, ya sea amor, dinero o familia, y con el tiempo perdemos algo importante y nos marcan toda la vida, nos deja cicatrices, algunas grandes otras pequeñas, la mayoría de las personas piensan que el mundo es cruel.
Cierta persona un día me dijo: – El mundo no es cruel, las personas lo hacen así, el mundo es hermoso la vida es bella, pero, depende de cómo lo vea cada persona.
Jamás olvidare esas palabras, desde ese día cambie mi expectativa sobre el mundo.
Y así es como cambie mi idea de querer viajar a un mundo irreal al mundo real.
Y aquí es donde empiezan mis grandes aspiraciones…
He anhelado ir a Brasil con las personas que más amo en la vida mis hermanas y mi madre, disfrutar de los días tranquilos donde simplemente recuerdas que estar en familia es lo mejor, pues a pesar de vivir juntos a veces uno no se separa y solo hay «distracciones», contemplar la belleza del Cristo y apreciar en lo alto el Rio de Janeiro, ir a las grandes playas y hacer castillos de arena como en los viejos tiempos, nadar en las azules y refrescantes aguas, tener una búsqueda del tesoro y dejarnos llevar por nuestra imaginación a un viaje emocionante y divertido. He soñado con ir a París «la ciudad del amor» ver sus monumentos arquitectónicos tan hermosos, caminar de la mano con el amor de mi vida por el puente Pont des Arts dicen que está plagado de candados que las parejas dejan en «símbolo de su amor eterno» solo de imaginar el gran ambiente bohemio e ir a la Torre Eiffel la forma en la que la iluminan de noche se convierte en todo un deleite. Tomar un buen café, conocer restaurantes, observar el paisaje, simplemente conocer todo sobre la ciudad. No tengo palabras para explicar cómo me siento al cerrar los ojos e imaginar aquella ciudad tan bella.
Tantos lugares por conocer, tanto por descubrir, el mundo es todo un misterio ¿cómo es que tiene tanta belleza?
he soñado con subir a lo más alto de la montaña del Everest, sin duda sería una asombrosa aventura y un duro desafió, pero, ¿qué seriamos los humanos sin límites? sin duda, haríamos cosas grandiosas. Puedo imaginar como el viento acaricia mi piel, puedo ver el aire que respiro puedo ver cómo sale el sol lentamente en la cima de la montaña, además del clima tan frio, sé que es una locura, pero, he imaginado aventuras extremas como avalanchas de nieve y tormentas, me ha inspirado cada historia de viajeros con sorprendentes retos y duras caídas, los admiro por su ardua valentía, no cualquier persona se atreve a descubrir un «mundo nuevo”. He soñado con ir a Japón «se dice que si vas te sientes como estar en otro planeta» conocer otra cultura seria asombroso, además de observar como caen las hojas de los árboles de cerezo, en lo personal siempre he pensado que son muy hermosos, tratar de hablar japonés o simplemente tratar de entender una palabra sería una locura, además sería muy divertido. Ver las asombrosas e inusuales mercancías, conocer las comidas tan extrañas y ricas. Conocer los inusuales hoteles y a la gente tan amable como se dice que son.
Zarpar por los mares sin miedo al desafió y conocer grandes criaturas marianas, sentir como la brisa fresca y el agua salpican sobre mi rostro, sentirme libre y al anochecer observar las estrellas tan brillantes, simplemente olvidándome de todo y todos, de vez en cuando no está mal un descanso, siempre me he preguntado ¿realmente las estrellas fugases pueden cumplir deseos? parece algo tonto, pero no está demás algo de ilusión al fulgor de esas estrellas.
Tantos viajes, tantos pensamientos, tantas preguntas, y tanto por aprender…
Jamás olvidare aquella pregunta que me hicieron hace tiempo la cual fue ¿cuál sería tu idea de un viaje perfecto? y yo respondía cosas como un lugar con buena vista, hoteles de lujo, aventuras y adrenalina, pero, la vida me ha tirado una y otra vez, me ha ayudado a levantarme, me ha enseñado a ser fuerte ante las adversidades y me he dado cuenta que todo eso es parte de las enseñanzas de Dios pues he aprendido a valorar lo poco que tengo, me ha enseñado a no ser egoísta, a ser mejor persona. Y he comprendido que el tiempo es algo que no se repone, un día estamos jugando con juguetes y al otro estamos tomando duras decisiones, sin darnos cuenta se nos va de las manos. Y si ahora me hicieran la misma pregunta yo respondería con certeza que realmente las cosas materiales o el buen hospedaje no hacen el viaje inolvidable. Mi idea del viaje perfecto es aquel que se comparte con las personas que más amas, con las personas que te hacen feliz y te animan a ser una mejor persona, también lo hacen los buenos y malos recuerdos ya que cada cosa que vives es una enseñanza nueva por aprender.
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