A veces me pregunto qué pensarían mis compañeros de trabajo o mi vecino de al lado o la simpática cajera del supermercado de mi barrio si le dijera que soy rey. Sería gracioso ver sus rostros de sorpresa, pero me callo, porque pensarían que estoy loco. Bueno, sí, pero si lo digo así, sin más explicación. Pero si dijera que mi reino forma parte de un videojuego, entonces sólo se sonreirían. Cualquiera puede ser algo así de increíble o fantástico en un juego. Pobres ilusos, porque no cualquiera puede serlo en este juego online; porque sólo hay tres reinos que conquistar, y sólo los líderes de los ejércitos que consigan hacerse con el reino podrán coronarse reyes; porque en este juego estás jugando con millones de personas más, no simplemente contra una máquina. Personas de todo el mundo, con diferentes lenguas y culturas, compiten, colaboran y juegan juntas. ¿Ahora sí os parece una hazaña increíble?
Fue un duro camino. Conseguí crear lazos fuertes y duraderos con otros jugadores, y junto a ellos fundar un gremio que inspirara respeto y admiración a partes iguales. Realizamos grandes hazañas para ello, logros únicos. Y nuestro esfuerzo llamó la atención de muchos otros jugadores, que llenaron las filas de nuestro ejército. Dicho así suena fácil, pero no lo fue. Organizar a tanta gente diferente no es fácil. Satisfacer las necesidades de todos, indiferentemente de su rango, no es fácil. Algunos dirigentes del gremio se corrompieron, borrachos de poder. En su mano estaban las decisiones y las grandes fortunas fruto del esfuerzo de tanta gente. Pero fui fuerte. Castigué duramente los pecados más graves y firmemente los más leves. Con cada crisis crecía la dificultad, pero también mi autoridad. No podía dejar que se derrumbara y se perdiera todo aquello por lo que me había esforzado, nos habíamos esforzado, durante tanto tiempo. Y mi empeño y su cabezonería dieron sus frutos. Conseguimos conquistar un reino. Algo inimaginable para la mayoría de gremios, miles y miles de ellos. No digo que no perdiera a grandes compañeros, importantes alianzas, algunas riquezas, pero otros que se esforzaron y se mantuvieron fuertes se convirtieron en nuevos grandes compañeros, otras alianzas surgieron, y otras riquezas nos llenaron los bolsillos.
Así llegué a ser rey, y mi gremio reina conmigo en estas tierras virtuales llenas de almas valientes. Píxeles conforman mi castillo, meras IPs identifican a mis camaradas, mi reino está en el corazón de un servidor, pero nunca nunca nadie podrá decir que no reiné.
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