¿Cómo estás? Perdí el hilo temporal de responderte al último email, pero no quiero esperar otra excusa (tu cumpleaños). Rescato el ovillo ahora y, siguiendo tu razonamiento, te envío postal: llegará por barco, atravesará algún océano…

Es curioso lo que me contabas. En estos meses yo también le doy vueltas al asunto epistolar, quiero redirigirlo. Esta mañana, al abrir mi libreta, he encontrado algo ya escrito, ahí me he acordado de tu email y dada la casualidad, encontré el hilo que te decía. Me preguntaba que si no escribirse es por la edad- le quitamos ilusión al compartir de las cosas, dejamos de tener tiempo- o por el momento – podemos compartir rápido por mensajes.

Primero, teníamos largas cartas contando las vacaciones de verano, siguiendo el impulso de un momento. Después email, mas o menos lo mismo, pero sin mirar el buzón: adiós segundos de expectativa, casi siempre frustrada. Ahora, mensajes cortos. Click. Impulso convertido en pulso.

Una pena, de algún modo restamos espacio a la memoria y a los recuerdos.

Cada vez quedan menos registros de momentos vitales que vivimos, menos memoria de las conversaciones, menos diálogo con uno mismo. Era bonito releer, fluir con recuerdos y sentimientos…Ahora, desaparecemos.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS