Querida Gabriela,
Tal vez te parezca sorprendente recibir estás letras. Pero recordé un día desde este mismo lugar cuándo observabas un atardecer. En el que sentías que jamás volverías a ver otro. Ese día fatídico en que los humanos tenían contados los días por una avalancha de eventos mezclados: contaminación, cambio climático y guerras. Quiero decirte que te limpies las lágrimas. ¿Por qué? ¡Hubo una revolución de pensamiento y los homos dieron valor al sapiens! Entendieron que no podían seguir en ese tren de destrucción, que los recursos naturales eran limitados. Sí, han pasado 10 años y las nuevas generaciones recobraron su esperanza de vida. Como en una distopía. Fueron ellos, los niños y adolescentes que comenzaron una huelga de hambre.
¡Lo imaginas, en todo el planeta!
Al ver que el futuro estaba decidiendo terminar antes, los adultos por una vez trabajamos juntos por ayudarles a salvar nuestro hogar. Y lo logramos, aquí estamos.
Te abrazo y quiero que sepas que como ese atardecer verás otros.
Y tus hijos los verán conmigo.
Gabriela.
Bratislava. Junio, 2030.
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