Querida Tía Aida, el trípode gigante aun se encuentra esperándonos en la entrada de Barquisimeto, para recordarnos que estamos llegando a casa; se que jamas volveremos a verlo, también se que jamas quisiste partir lejos de aquí, pero la tragedia te obligo al igual que a los otros. En mis sueños siempre llego por esta entrada y me revive el pensar que los encontrare a todos esperándome, pero cada vez parece mas imposible regresar desde tantos países a nuestro terruño.
Supe lo de tu enfermedad, lamento mucho no haber podido estar a tu lado, pero me reconforta saber que superaste el Cáncer y que ya estas bien.
Te llevo en esa parte imborrable de mi, cuando era un niño, a quien siempre llevaste en tus paseos, en tu vida de familia, gracias por ser esa tía que fuiste.
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