Cracovia, 11 de diciembre, 2019
La última vez que te vi fue justo debajo del arco. Fue un momento agridulce. Triste porque te dejaríamos de ver por algunas semanas, pero esperanzado en pasar las mejores “vacaciones” fuera de nuestra Patria. Te extraño. Lo hago aún sin haberte conocido realmente…
El paso de los años me ha convertido en un extranjero más, o al menos es lo que me decía a mí mismo. Ahora que estoy de nuevo en mi ciudad natal añoro con más fuerza la familia que pudimos ser, pero también evoco el miedo y el dolor que sufrimos; nuestra separación y tu pérdida. Por eso quise pasar mis últimos días aquí, en estas mismas calles, habiendo completado este largo viaje, junto a mi propia familia.
Aquel verano de 1939 sacrificaste todo por nosotros. Mi hija y sus hijos, tus bisnietos, te lo agradecen de todo corazón.
Con cariño.
Pawel Mazur Schimmer
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