Francia, 12 de julio de 1778.-
¡Cómo te extraño mi amada Antonieta! Extraño tus besos apasionados y la blancura de tu piel, tan blanca como la luna que veíamos abrazados en los jardines de tu Petit Trianón. Tus cartas son mi consuelo. ¡Estás tan cerca y tan lejos a la vez! He decidido no casarme con nadie si no puedo hacerlo con mi verdadero amor. Prefiero permanecer célibe en tu honor. O tuyo o de ninguna.
Me gustaría raptarte y buscar un reino nuestro, donde puedas ser mi reina para siempre. Y pensaba en este castillo abandonado. ¿Te atreverías a escaparte conmigo y hacer en este lugar, el Chateau de Chambord en el Valle de Loire nuestro nido de amor? Temo que tu respuesta sea que sí. ¿Podría llevar a cabo la misión de robarme a la reina de mi corazón y quitarle su real trono francés? Y la verdad es que sí lo haría, todo para que seas sólo mía para siempre, mon amour.
Sabes lo mucho que te adoro, y sé que sientes lo mismo, por eso déjame soñar un momento con esta propuesta indecente.
Je t’aime pour toujours (TE AMARÉ POR SIEMPRE)
Conde Axel de Fersen.
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