Hola, sé que en este instante estás leyendo este mensaje. Sí, el de los neones rojos. No recuerdo qué pasó la última vez, o quizá no quiero pensar… y aún menos en qué lugar me encuentro. Lo que sí sé, es que no estoy sola. Esta postal que te mandé, me ha costado parte de mi alma. Pero me confirmaron que la recibirías. Y qué igual… Me verías en la foto… Tranquilo, el dolor fue efímero. Me encontraba dormida, sí, a tu lado… ¿Lo recuerdas?
No sé cuando podré volver, pero espero verte pronto.
Tu fiel camarada.
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