Adrian
Barca La Soledad
Mares Lejanos
Después de mucho tiempo y tal vez un poco tarde se me dio por escribirte. Bien sé que no contestarás.
Ahora sólo quedan los recuerdos de aquellas mañanas en que nos despertábamos y felices corríamos a la playa para darnos un remojón. Como aquel día en que una ola nos dejó desnudos y reímos tirados en la arena, y luego volvimos abrazados a desayunar en la casa.
Pero hubo otras veces, en que te encontraba viendo pasar un barco lejano. Yo bien sabía que ansiabas navegar entre las olas tibias de nuestro mar.
Me han dicho que no volverás, que tu barco se hundió en el, ahora, odioso océano. No puede ser verdad. Ten en cuenta que estoy sola en esta casa tan grande y que se avecinan tempestades.
Necesito que vuelvas….
Tu Marisa
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