Por razones del destino, llegue a vivir a una población donde hay demasiada pobreza.Una mañana en que iba a trabajar,conocí a Rolando,joven drogadicto conocido del lugar.Todas las mañanas me pedía dinero,yo enojado le decía que vaya a trabajar, mirando de lejos como los transeúntes le decían malas palabras.Una noche, donde hacia mucho frio, llevaba un pan con mortadela, divisando a Rolando en una esquina, tapándose con unos cartones como frazadas.Se me heló el corazón al ver la situación. Sentándome a su lado, le entrego el pan. El,sin pensar lo devora.Entonces pensé:como llego a tal situación.Le hable, sin darme una respuesta.Con el tiempo y comida,me gane su confianza.Empezando una sincera amistad, contándome su historia con el tiempo.En mis descansos iba a mi casa,enseñándole mi profesión.El arte de la pintura. De apoco fue recuperándose de la adicción,terminando sus estudios,trabajando y en sus descansos pintando cuadros,con un realismo fascinaste,llegando con el tiempo a ser un prestigioso artista.Al pasar los años y de noche, Rolando cierra su galería divisando a un mendigo botado en la calle,sin pensar se agacha al instante,sacándose su abrigo, arropando,al hombrecillo,este asombrado pregunta- ¿Quién es usted señor? – Rolando contesta -Un amigo, que te ayudara, como lo hicieron conmigo.
OPINIONES Y COMENTARIOS