Oye estas plegarias

Mi general le pido que esta carta sea entrega a mi familia:

Este no sé cómo decirle que tengo tantas cosas que realizar, sueños que prepare de chico y de joven; que ahora lo veo que solo se quedaran como un sueño sin éxito, sin nadie que los realice. pido, grito y exclamo que pare esta terrible matanza tan sangrienta que deja a familias destrozadas, pero veo que nosotros somos orgullosos que no dejamos algo sin completar lo queremos terminar como sea. Eso es nuestro enorme talón de Aquiles.

Oh querida mía te pido mil disculpas por no darte en último beso de despedida y consuelo, de no acariciarte la cara, de agarrarte la mano decirte cuanto val para mí; que el primer día que nos conocimos fue el día más hermoso y especial de mi existencia. Y que nunca se me borrara de mi memoria, que lo lamento por los gritos que alguna vez lance. Pero siempre te respetaba como mujer, esposa y amiga. Tú siempre estarás en mi corazón.