Nos oteamos mutuamente hace años.
Durante el día, desde la costa, la veo en el horizonte. Ella por las noches me pizca su luz intermitente, recordándome su presencia soberana.
Tan cercana y tan lejana, tan presente tan indómita: fantasmagórica.
Casi siempre está. Cada día la deseo.
Mi vista la atrapa, mas yo no la alcanzo.
Su historia me fascina. Fue hospicio, cárcel, lugar de leprosos.
Sus destinos oscuros me causan rechazo, me tiene cautiva me invita a recorrerla:
la Isla de Flores.
OPINIONES Y COMENTARIOS