Un suspiro profundo, sin eco, desolado e inaudible. Comienza el viaje. Miras a tu alrededor, abres la maleta, y comienzas a llenarla de fastidio y frustración. Gente sin humanidad camina a tu lado. Desesperanzas se esparcen por el aire contaminando un vivir que no se desea.

Miras al cielo y no hay nada. Quedas enmudecido, las máscaras se imponen en el teatro de la vida, la muerte aplaude. Es el último viaje, sin retorno. La melodía se convierte en oscuridad y la letra se hace silencio.



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