El regreso es fácil, no hay migra que me capture, ni zetas que me maten o
secuestren. Regreso a la amada patria, no quiero volver la vista atrás, la bestia infame que me trago queda tras de mi, la que ofrece un sueño que se convierte en pesadilla, la que me arranco a mi familia.
Aun no sé cuándo cogeré el tren, espero pronto, pues no hay pecado tan grande, que compense este martirio, ya no quiero servir al amo que ha propiciado este asilo, pronto escapare al fin de las entrañas de la bestia.
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