Ahora ya sé que he de marchar hacia el lugar al cual no fui para retornar al ensueño, comarca de la devoción ancetral, adonde lugareños y extraños acuden atraídos por la magia de los robustos y añosos muros, todavía decorados con relieves de serpientes emplumadas, es la casa de las flores y las danzas que nos conquistan, cuyos aromas y sonidos es lo que nos llevaremos en la irremediable partida. Desde Maracaibo, Venezuela, es largo el camino a Xochicalco, México, para realizar el viaje..

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS